martes, 30 de julio de 2013

Desconectar del mundo





No entiendo como hay quien pasea por la orilla del mar con los auriculares puestos, con la musicalidad que tienen las olas, lo relajante que es el sonido del viento, lo divertido que son las risas de los niños disfrutando en la orilla o la paz
que se disfruta en los tramos donde no hay nadie.

Yo prefiero los sonidos naturales de este entorno.

Dejo a mis espaldas las montañas alicantinas como el Puig Campana, o Aitana para disfrutar de la paz de las dunas y las aguas transparentes que la bañan cuando ante mi aparecen las concurridas playas ilicitanas de los Arenales del Sol y terminar con las vistas del Faro de Santa Pola.

Los días que llego hasta la playa del Carabasí en Santa Pola y el día está nítido pudo ver tan cerca la isla de Tabarca que dan ganas de continuar caminando hasta llegar a ella.


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